EFECTO EN LA SUBJETIVIDAD. IMPACTO EN LOS HONORARIOS.

SOBRE EL DINERO II (a)

Lic. Sonia Cesio*

Nueva publicación 10 Marzo 2023

La vida del ser humano plantea una amplia gama de problemáticas, desde aquellas más primarias y elementales, relacionadas con el crecimiento y la maduración hasta otro tipo de enigmas. Estas  cuestiones a se abren en abanico en relación al proyecto de vida, que incluye: a la familia, los hijos, la salud, el trabajo/profesión; el progreso; las aspiraciones personales. Los ítems señalados, además de algunos otros; se reúnen en dos grandes ejes: la capacidad de amar y de trabajar. 

El trabajo contiene el hacer y el producir, y ocupa un papel fundamental en la vida personal y en la estructuración social; es la actividad propia del adulto que se correlaciona con el juego en el niño. Se podría considerar una definición de trabajo a la acción humana transformadora del medio en el que vive el ser humano.  Comprende tareas de carácter creativo y productivo. En dicha actividad la persona aporta energías, habilidades y otros recursos personales, obteniendo a cambio un tipo de compensación.  La actividad laboral se constituye como la fuente del ingreso económico y se convierte en un medio para generar recursos, en relación con la supervivencia y el bienestar.

Cada ocupación tiene relación directa con cierto ambiente y se despliega en un momento determinado: histórico y cultural.  Otorga un estatus, junto con una identidad social asociada a la ganancia económica y al manejo del dinero: cómo ganarlo, cuánto se considera necesario para vivir satisfactoriamente; cómo invertirlo u ahorrarlo; qué productos se desea poseer para disfrutarlos; a qué estilo de vida se desea llegar; etc.

El contexto actual nos encuentra recuperándonos de los efectos y las pérdidas ocasionadas a raíz del suceso mundial  generado el Coronavirus.  Lo que nos llevó a transitar los duelos concomitantes, relativos a los cambios profundos y en algunos casos, muy dolorosos…

En el ámbito laboral se modificó la forma de trabajar y de vivir: en vez de concurrir a la institución mayoritariamente, las tareas se realizaron en el hogar ocupando espacios propios del ámbito privado, superponiéndose a la vida familiar  y comprometiendo a los miembros que allí habitaban. Se compartieron las computadoras, el tiempo, los lugares físicos y otras eventualidades. Esta forma de realizar las tareas era impensada antes de la pandemia.

Finalizada la obligatoriedad de la permanencia en el hogar, muchas personas han vuelto al modo de vida habitual. Vivimos con nuevos hábitos y con beneficios: nos percatamos de que el mundo está más cerca, que del otro lado de la pantalla podemos llegar lejos; aprendimos a realizar actividades lúdicas, lecturas varias, comunicaciones extendidas empleando los beneficios de Internet.

El “home office” (trabajar desde casa a través de la computadora)  facilitó la tarea, pero  llevó a reformular los límites: hubo que establecer nuevas reglas para coincidir con los otros y con lo concerniente a la propia persona, con los afectos, con los vínculos.

Permanecen las consecuencias del cambio de vida: por la convivencia forzada; por la educación de los pequeños en casa;  en la vida familiar con el estrés; y/o las consecuencias de los conflictos irresueltos. Muchas familias se han beneficiado con semejante desafío; otras sufrieron pérdidas irreparables.  Con la propia singularidad se enfrenta a la realidad cotidiana actual y al porvenir.  

Comenzando el año en curso, y ya despidiéndonos de la pandemia, nos enfrentamos a un período altamente inflacionario: en el mundo en general  y en algunos países en particular.  La inflación refleja la disminución del poder adquisitivo de la moneda.  Eso altera la demanda de productos,  frena la industria que  los produce; se paraliza el intercambio con otros países. Se profundiza el estancamiento económico y el desempleo; se modifica la asignación del individuo en el entorno social lo que trae un malestar generalizado. Estas pérdidas en varios ámbitos simultáneamente dan cuenta de otra modalidad de violencia, que circula tanto entre las personas como en las instituciones; en las familias, entre los amigos. Se desdibuja en sentimiento de generosidad, de afinidad con el semejante.

La situación particular en  Argentina sobreviene a partir de la pérdida altamente frecuente, del valor del papel moneda, generando un efecto conmovedor e inquietante.  Este suceso complica severamente la obtención de los elementos que habitualmente son necesarios, ya que cada día tienen un mayor costo. En tales circunstancias, la mayoría de las personas adquieren sólo lo necesario. Se  estableció una tendencia: vivir con lo indispensable, día por día.  La proyección al futuro está ausente en la mayoría de los casos. Se torna difícil incluir el deseo de vida: es posible que también, se haya restringido a lo indispensable. Sería uno de los motivos por los cuáles la vida del otro perdió su valor: si posee algo importante para quién decide apropiárselo,  la vida de ese  sujeto es menos importante que ese objeto a obtener.

Cuando irrumpen en una sociedad los fenómenos inflacionarios,  suman adversidades consecuentes: se complica la atención en salud; hay faltante de ciertos  medicamentos (que obliga a cambiar por otros); surgen dificultades con la educación de los hijos (por cierre de instituciones;  en algunos casos, la escuela); se restringe la circulación, por el alto costo de los medios para hacerlo; los jóvenes emigran; los mayores dependen de sus familias (entre otros). El equilibrio saludable, se altera. Se ha devaluado el deseo y se corre el riesgo que se haya transformado en necesidad. ¿Cómo representar y crear ideas nuevas, ante esta vorágine?

Sabemos que ante semejante panorama se imponen nuevos duelos. Conviene recordar que duelo significa dolor e indica el proceso que se pone en marcha ante una pérdida dolorosa. Es el estado en el cual se tramita la angustia concomitante, necesaria para acceder a la elaboración de la privación.  

La inflación  es fenómeno que se puede describir,  como citan Osvaldo Gutiérrez Andrade y Andrea Zurita Moreno (1): “es el aumento generalizado y continuo en el nivel general de precios de los bienes y servicios de la economía…es un fenómeno que origina una serie de efectos negativos sobre determinados agentes económicos… (trabajadores, ahorristas, rentistas, etc.)”

Y agregan: “Es un acontecimiento emergente de ciertos sectores, que no son aptos para satisfacer los nuevos niveles que la demanda ha alcanzado, ya sea en consecuencia por inmovilidad de los recursos productivos y/o a causa de un desatinado comportamiento del sistema de precios, o a la inestabilidad por parte del gobierno para enfrentar los gastos rígidos»

Como se puede leer a simple vista, los mismos economistas hablan de la interacción de distintos factores  donde el sujeto individual, queda atrapado y aislado al mismo tiempo.  Si bien se trata de un desequilibrio macroeconómico, hay un aumento general de precios que atraviesa la cotidianeidad de las personas, las familias, las instituciones.  Se modifica la cantidad de dinero necesario para la movilidad social, y se altera también la velocidad de circulación.

En un publicación reciente sobre la Realidad laboral en la República Argentina (2) donde se realizó una investigación acerca de la informalidad y la precariedad, los participantes de la misma sostienen: “a tres años del inicio de la pandemia los datos de la situación social y laboral de la Argentina indican que, en el mapa general, la expresión optimista no tiene correlato en la realidad… es una economía inestable, con restricciones y reglas cambiantes…Las tendencias después de la pandemia son las estrategias de supervivencia en un amplio sector de la sociedad… en un proceso de innovación de tácticas para el mantenimiento de ingresos que, por su parte, pierden constantemente poder de compra a causa de la inflación…”

Continúan citando: «la inestabilidad de una economía revelada en las fuertes y continuas subas de los precios de sus bienes y servicios es un aspecto central entre los que dificultan las chances de encontrarle una salida al problema de tener una estructura socio-laboral desigual e injusta, con casos en los que se cumple con la ley y casos en los que no. Es una problemática tan enraizada y extendida que parece (o es) algo ya naturalizado»

Nos da una idea acerca del humor social, del desánimo y sobre todo del esfuerzo cotidiano en pos de obtener el dinero necesario para llevar una vida resolviendo las necesidades básicas.

SOBRE EL DINERO

Entendemos  por tal a la moneda corriente que se recibe y que se emplea como forma de pago de bienes, servicios y para la obtención de mercancías. Es un elemento de progreso material, que posibilita el acceso a cierto nivel social y afirma al amor propio.  La moneda se encuentra íntimamente relacionada con las funciones del dinero (que es lo que representa) y tiene una serie de características específicas que establece la relación que existe con otras monedas/billetes, que circulan tanto dentro de un mismo estado, como en otros países.

La depreciación del dinero suscita una tensión permanente, ya que se impone la necesidad de una mayor ganancia económica. Es una propuesta diaria similar a una carrera, entre el fenómeno inflacionario vs el impacto individual: que es similar a enfrentarse con un adversario invencible.

Brota angustia e impotencia,  razón por la cual se hace necesario  un trabajo de elaboración…constante. El transitar cada día con estas eventualidades, se ha convertido en una circunstancia traumática.

Algunas personas tienen mejor disposición para el procesamiento mental compatible con esta batalla cotidiana. En otros casos,  sumada a problemáticas irresueltas,  se convierte en un conflicto de difícil solución. Para todos los participantes de este lamentable suceso implica un trabajo psíquico permanente, que se suma  al que requiere la vida personal y sus vicisitudes.

Trabajo, dinero y enriquecimiento personal  se relacionan con el estado personal de satisfacción, cuando cumple con las expectativas personales. La emergencia de insatisfacción acontece cuando la meta se presenta como inalcanzable. Son causantes de sentimientos de triunfo y/o de derrota, variando según la persona y la circunstancia.  En los casos donde se instala la sensación de fracaso, está facilitada la formación sintomática.

La desmonetización es un estado paradojal, ya que descriptivamente se accede a los billetes de intercambió monetario. Pero que carecen de respaldo, de un valor económico redituable: lleva al replanteo también de los honorarios del trabajo profesional, que difícilmente se equipare a valor real.

El desorden de esta naturaleza genera altos niveles de excitación psíquica, con el impedimento de acceder a  una descarga adecuada, que aliviaría la tensión y facilitaría el acceso a nuevas ideas. La amenaza será  eficaz ante la respuesta individual pasiva equivalente a la entrega, a la imposibilidad de defensa.

En esta coyuntura, sobrevienen cuestionamientos acerca de la propia capacidad  para resolver un problema tan específico; moviliza el bagaje identificatorio, las defensas, la movilidad o rigidez de la personalidad. 

Es conveniente que revisemos la importancia del ahorro. Una acepción de “ahorrar” según el diccionario de la lengua española (3) es: «Guardar dinero como previsión para necesidades futuras». Las épocas inflacionarias  imponen en la mayoría de los casos, la suspensión de las necesidades futuras.  La subsistencia cotidiana, sin inclusión del mañana altera el proyecto de vida. Desde el aspecto psicológico, tener un ahorro es poseer algo propio, para enfrentar la adversidad. Es una defensa conocida y pensada por cada sujeto, que otorga seguridad y calma ante la emergencia de sucesos inesperados. 

Difícil mantener el buen humor, la capacidad creativa.  Sobrevienen las actitudes individualistas, y/o de aislamiento;  lo que puede llevar a estados depresivos severos.  Crece el riesgo  de que,  a causa del estado de necesidad  se privilegie cualquier tipo de trabajo e ingreso económico;  con la dificultad de evaluar los riesgos. O puede generar la sensación de “derrumbe”.

Cuando se han trastocado las reglas de convivencia,  se desarrollan modalidades conductuales anárquicas tales como el maltrato a los pares y a aquellos integrantes del grupo ampliado.  Se trata de reacciones adversas ante el desamparo,  como consecuencia de la privación.

Es sabido que la divisa/el dinero es un  eje sobre el cual giran múltiples intereses: personales, sociales, mundiales. La dificultad/inhibición de obtenerlo satisfactoriamente abarca desde el desánimo hasta la renuncia a la lucha.  Cuando el papel moneda se deprecia altamente se profundiza la sensación desamparo: se instala el estado de vulnerabilidad.

EL DINERO Y EL FUNCIONAMIENTO MENTAL

S. Freud en La Iniciación del tratamiento”  (4) ya nos recuerda  que es el sustento vital y alimento de la autoestima. Señala: “El dinero debe ser considerado en primera línea como medio para la conservación individual y la adquisición de poderío”…y afirma además  que “en la
valoración participan poderosos factores sexuales”.

Continúa diciendo: «el hombre civilizado actual observa en las cuestiones de dinero la misma conducta que en las cuestiones sexuales, procediendo con la misma doblez, el mismo falso pudor y la misma hipocresía».

Se advierte en el texto citado la complejidad del tema. Agreguemos además, la importancia del carácter de propiedad (para la conservación individual y la adquisición de poderío); de intimidad (relacionada con la sexualidad) y su connotación es paradojal: “doblez… falso pudor e hipocresía”.

Hay comportamientos observables relacionados con lo económico, que se pueden señalar:

– la generosidad (las personas que dan, a veces más de lo que reciben);

-la impotencia recurrente (aquellos que no llegan nunca a alcanzar el nivel económico deseado);

-la avaricia (los que acaparan más y más);

-la miseria (que cubre un amplio espectro);

-la estafa (implica el recurso de  mentir para apropiarse del dinero ajeno);  etc.

A esta altura, es importante compartir algunas nociones sobre el narcisismo, también descripto por Freud (4) en varios de sus escritos.   Puntualiza al narcisismo (primario) como un estado precoz a través del cual el niño catectiza (carga) toda su libido sobre sí mismo.  Lo llama  “un nuevo acto psíquico”. Esto significa que la instancia denominada Yo se desarrolla y allí se instalarán las “representaciones” (son las palabras que representan las cosas: a la madre, a las otras personas, a si mismo, etc.)* *.

A simple lectura el término da a entender sobre aquello que impacta al sujeto y compromete  a su estado mental. Un ejemplo didáctico sería, que si hablamos de una manzana, la persona en cuestión va a estar al tanto de lo que decimos, si posee la representación de las manzanas (previamente inscripta en el psiquismo). Por eso ocurre el fenómeno de que para algunas personas las manzanas (siguiendo el ejemplo) son muy sabrosas, y para otras son muy desagradables. Lo mismo sucede con las representaciones del suceder humano; entre ellas las relativas al dinero y al enriquecimiento personal.   

Resulta imprescindible, volver a citar las fases evolutivas del desarrollo humano que tiene alta incidencia en lo que posteriormente será el manejo del dinero, y la huella/inscripción que impregnará al  narcisismo. 

José Luis Valls, en el diccionario de Psicoanálisis Freudiano, (5)  señala: «Las sensaciones que se han producido en el soma del bebé desde sus primeros momentos de vida comenzarán a dejar impresiones (representaciones) en el aparato psíquico, a las que se denominan huellas mnémicas. El conjunto de estas huellas mnémicas dejarán en el aparato psíquico una especie de mapa creado de surcos…” Y continúa: “Imaginemos entonces que la forma en la que circulan las pulsiones por el aparato psíquico es similar a los cauces de un río donde el agua, es la energía pulsional que va cargando representaciones para revivir la primera vivencia de satisfacción. Y de la misma manera que en los ríos, estos caudales irán modificándose a partir del paso de la energía pulsional, se complejizará y se desgastará creando surcos más o menos profundos”

Esas huellas primordiales son equivalentes a los “surcos” expresados por el autor. Sobre esos rastros se edificará la estructura que dará sostén a la personalidad y se compone el fundamento del factor constitucional, propio del ser humano. De modo sincrónico,  acontecerá  la interacción permanente con lo heredado, o sea proveniente del ambiente (el mundo externo). De todas esas vicisitudes resultará el desencadenamiento de una personalidad equilibrada, con posibilidad de elaboración de los conflictos que se le presenten; o quedarán las bases de una alteración, que producirá efectos en un momento posterior (puede variar desde una neurosis a otro rasgo patológico de mayor envergadura). En todo caso, estamos describiendo modalidades de  imposibilidades humanas para enfrentar satisfactoriamente ciertos conflictos a resolver.

Las citadas “fases evolutivas” son descriptas por Freud (4) en su texto TRES ENSAYOS PARA UNA TEORIA SEXUAL”. Ellas son: la fase oral, fase anal, fase fálica, fase de latencia y fase genital.

Cada fase tiene un órgano predominante, que se denomina zona erógena porque ocupa el interés del infante ya que resuelve necesidades y dejan una huella en psiquismo. A partir de cada una de ellas avanza el desarrollo evolutivo, incorporando lo aprehendido de cada período. El narcisismo se constituye también según estos estadios que darán cuenta de la madurez del niño/a y le dará la posibilidad del acceso al universo simbólico y al reconocimiento del otro (de las otras personas); establecerá vínculos y desarrollará intereses: se modificará tanto el mundo interno como el mundo externo. Sobrevienen numerosas modificaciones: en la estructuración del psiquismo;  en el lenguaje;  desde lo gestual, al uso de la palabra. De la palabra repetida, hasta la voz simbólica y la posibilidad de hacer abstracciones.

Llamamos universo simbólico al lugar psíquico que nos permite pensar y hacer abstracciones (contiene las representaciones e inscripciones); los sentimientos (vivenciados o desconocidos); posibilita configurar proyectos de vida realizables (o no); etc.

Equivalencia simbólica es un símbolo, una representación psíquica que se corresponde con las circunstancias vividas primariamente.  La cultura participa también en ‘aleccionarnos’: primero los padres, después la escuela, después el ámbito socioeconómico.

Nuevamente,  desarrollaré el período correspondiente al control de esfínteres, que tiene relación directa con el  manejo del dinero,  en un tiempo posterior. Constituye algo así como la prehistoria de ese fenómeno.

Las heces (la caca) se constituye así en el primer producto humano, inherente para el bebé (léase aparato psíquico primitivo) a la descarga productora de satisfacción inmediata. Cuando el medio solicita y estimula al niño respecto del control de los esfínteres, le está planteando un problema a tramitar: tiene que ejercer un control sobre algo que siente, pero no ve y tiene que realizar esfuerzos para lograr el resultado esperado. También, advierte el interés y la alegría del entorno cuando sus heces se depositan en ciertos lugares y se le presta atención al momento de despedirlas.  Se inscriben  huellas ligadas al deseo (inconsciente), que se liga a las primeras experiencias de satisfacción.

El niño/a gratifica a quienes ama y lo aman; por eso responde a tal solicitud. Comienza a prestar atención a lo que sucede dentro de su cuerpo (mundo interno) y al de afuera (mundo externo). Una conducta habitual es que ‘se miren’ en un intento de ‘ver’ lo relativo a ese nuevo episodio de la vida. Luego como sabemos, se obtiene el control de ese acto tan solicitado: se logra controlar el cierre y apertura de los esfínteres, que tiene un correlato mental y deja una profunda marca en el psiquismo.  Al mismo tiempo se definirán los mecanismos de: retener o expulsar; controlar y rivalizar.  De estas inscripciones  no hay recuerdo, pero tendremos noticias de ellas, ya que formarán parte de los rasgos del carácter. Serán observables en las conductas relacionales: con el padre y la madre; con las personas amadas; en el trato con los aspectos íntimos y con la valoración de “aquel” esfuerzo (o con la insatisfacción y la falta de reconocimiento, según el caso).

Se sumará a lo largo de la vida, las circunstancias vivenciales posteriores: el éxito o fracaso de la familia en lo económico; la obtención de aquellos elementos del mundo externo que brindan satisfacción (o la falta de ellos); del trato igualitario o diferente entre hermanos; del manejo de la agresión, del circulación de la legalidad, del desarrollo de la autoestima.

El componente afectivo tiene relación con el cumplimiento de lo que se espera de sí mismo como hijo/a, brindando alegría a la familia que lo rodea y el placer relacionado con la propia autoestima.  Se moldea progresivamente el Yo, que liga a los procesos psíquicos y da lugar al llamado “proceso secundario”.  Este proceso contiene las representaciones y tiene la propiedad de aplazar la descarga. Esto significa que se puede buscar distintas vías para hallar la satisfacción.

Se  acompaña de novedosos sentimientos:

a) la ambigüedad: en el mundo interno/intimo existe una mezcla de amor y hostilidad: un quiero y un no quiero al mismo tiempo, frente a la exigencia de los otros, de que entregue sus productos.

b) la duda: se expresa ante la dificultad de decidir.  Circula de forma constante una u otra opción.

Es el ámbito propicio para la aparición de las obsesiones, que se pueden comparar con las ideas fijas.  Las obsesiones son ideas rumiantes que producen sensaciones torturantes.

Resultan altamente efectivas en cuanto a generar sufrimiento y limitaciones.  Consumen mucha energía al psiquismo que se le resta al YO en su función de mediador: en la persona se altera el hacer y vivir cotidiano.

Un ejemplo podría observarse en el control de la limpieza, de los aromas, que se  disimulan con perfumes, desodorantes, en pos de hacer desaparecer ‘el mal olor’. Empleo una expresión ambigua precisamente, porque también se emplea para citar cuestiones no claras, que generan desconfianza.

Conductas similares se suceden en el manejo del dinero, ya que tiene el mismo carácter de intimidad y ambigüedad (“doblez e hipocresía”). Además de una connotación de «secreto», se comparte con pocas personas: amigos, con la pareja, otros allegados. Resulta difícil compartir la frustración en cuánto a lo deseado. Si sucede lo contrario: una persona con alta capacidad de obtener ingreso de dinero; surge el temor a la envidia o algún otro pensamiento hostil, que lo lleva a silenciar el tema.

Cuando está imposibilitada la capacidad de hablar o de pensar acerca de la problemática; el riesgo es actuarla, que se convierta en acción: el pasaje al acto.  Está fallida la predominancia del proceso secundario (ya citado), razón por la cual sobreviene la acción.

Se considera “pasaje al acto” a las acciones que presentan casi siempre “un carácter impulsivo…en contraste con los sistemas de motivación del individuo, y adoptan una forma auto o héteroagresiva” (7). Se la menciona mayormente con el término inglés “acting out”. Como se trata de un comportamiento actual que no resuelve el problema planteado sino que aporta mayores complicaciones,  se advierte que corresponde a una situación de otro tiempo, de naturaleza infantil. Por esa razón es difícil dominar el impulso y llevar a cabo una conducta eficaz, procesada por el razonamiento adulto. Ejemplos de acting out son: el juego compulsivo; salir de compras y gastar más de lo posible; hacer un viaje imprevisto, sin evaluar las consecuencias al regreso;  y otros gastos que superen las posibilidades de quien las realice. Los fenómenos consecuentes pueden ser: una enfermedad somática, un accidente,  ataques a los vínculos amorosos, al trabajo;  ataque de pánico; entre otros.  

En el atravesamiento de la fase evolutiva si se imprime el sentimiento de que ha sido un esfuerzo útil y placentero, quedará la huella que dará lugar a la equivalencia simbólica de sentirse bueno/a y amado/a  por sus padres; por sus maestros;  emparejándose con  otros niños de la  misma edad. Se obtiene estimación frente a la solución de problema; se intensifica el orgullo infantil y el sentimiento de poder.

Si la vivencia se ha inscripto como un esfuerzo  insatisfactorio, se establecerán sentimientos de hostilidad y descuido, resultante de la indiferencia y/o maltrato de parte del ambiente. Predomina el sentimiento de desvalimiento. El fenómeno subjetivo es la inclinación al sentimiento de inferioridad,  de sentirse diferente a los otros, como si padeciera una falencia.

Si la exigencia ha sido precoz y obligada, es altamente probable que deje como disposición adquirida el miedo; y la tendencia a esforzarse sin reconocer los propios límites. La resistencia interior se mantendrá latente (desconocida para el sujeto) y dará lugar a las formaciones sintomáticas a posteriori.

Las alteraciones señaladas más arriba comprometen la salud mental y física y perturbaran progresivamente el funcionamiento de los órganos concomitantes.

 RASGOS DEL CARÁCTER

El carácter es el componente de la personalidad que contiene elementos persistentes de forma de pensar, relacionarse y actuar. Se observa en las reacciones ante las circunstancia de la vida, que se mantienen (generalmente) de forma estable.

El rasgo de carácter desplegado en el manejo del dinero  es un componente libidinal,  ya que posee una notable intensidad pulsional: dirige la vida del sujeto.  En ocasiones adquiere un interés tan intenso, tan vigoroso;  que es equiparable a la voluptuosidad propia de la vida sexual. Son los casos donde el placer está ligado directamente al dinero: tenerlo, tocarlo, guardarlo, conseguir más; etc. (como la caca en otros tiempos).

Citamos algunos semblantes del perfil individual que facilitará o empobrecerá nuestra economía: 

a) el aspecto subjetivo (relativo al narcisismo del sujeto)  que se deriva en los interrogantes intrínsecos a la identidad, tales como ¿quién soy yo? ¿Cómo quiero vivir? ¿Cuánto quiero ganar?; ¿cuáles son mis pertenencias?, ¿cuáles son de los demás? ¿Cómo accedo a mis pertenencias por derecho? O el reproche, acerca de la duda y/o la incapacidad.

b) mi capital (relativo al narcisismo colocado en el objeto, donde el yo queda confundido con el objeto). Podemos también expresar en interrogantes: ¿Cuál es mi capital? Y responderse en más, en menos; o satisfactoriamente.

Respecto del sentimiento de propiedad: es esencial señalar que cuánto más disociado está el Yo, en cuanto a la singularidad personal, sumado a la (in)diferenciación) con el otro se traducirá en dudas/interrogantes,  acerca de la posesión propia, versus el patrimonio de la/s otra/s personas (el otro).

Ante semejante desorden, la conducta a seguir puede oscilar entre:

– priorizar la conducta dadora.  Resultará tranquilizadora frente a la duda ante la imposibilidad de reconocer y retener lo que es propio; pero empobrece al sujeto. 

– priorizar la conducta retentiva. Hay un impulso imperativo de tener, acaparar, guardar. Resultará tranquilizadora frente al terror a perder. Son personas que poseen bienes y dinero, pero al estar imposibilitados de reconocerlos, se repite la necesidad de tener. Es generadora de conflictos en los vínculos y hacia el propio sujeto, ya que la angustia se mantiene en el mismo nivel.

EL ASPECTO DINÁMICO versus EL ECONÓMICO EN LA VIDA MENTAL

La investigación acerca de la génesis de la economía adulta, nos lleva a recorrer los aspectos individuales relativos tanto a la riqueza, como a la privación. La vida familiar  deja surcos (como señalamos antes) de diversas experiencias satisfactorias o su contrario. A posteriori, en la vida adulta hay repetición (inconsciente) de las mismas.  Cuando ha predominado la privación posiblemente se repita la misma conducta. También puede emerger el fenómeno contrario: el de enriquecimiento o el de acopio permanente. 

Cuando sobrevienen situaciones de quiebre se facilitan los replanteos, se abre la posibilidad de introspección. En el mejor de los casos, la iniciación de un tratamiento psicoanalítico  posibilitará el acceso a la raíz inconsciente de los conflictos padecidos. Y desde allí, la modificación de los mismos.

Otras conductas acerca del manejo del dinero:

1-   algunas personas se sienten pertenecientes a cierto grupo social. Esa convicción tiene tal intensidad que les impide modificarla por temor al despojo.

2-   otras temen el desamparo, el abandono (hacia sí mismos o hacia los demás) y ese temor les impide enriquecerse, destacarse, sobresalir, darse gustos extras.

3-  cuando predomina la sensación culposa (‘no merezco…’), es otro impedimento automático para ganar e invertir el dinero sin producción de malestar. Facilita la irrupción de fracasos.

Son incapacidades relativas; no definitivas así que son aptas de modificarse. En la investigación analítica se descubren fenómenos desconocidos por el propio sujeto, se le puede otorgar otra significación desde la perspectiva actual (no infantil) y así liberar las ataduras del yo, y por tanto obtener movilidad y acceso a un estilo de vida placentero.

DESVALORIZACIÓN DEL DINERO. LA OSADIA NECESARIA PARA ENFRENTAR EL  PROBLEMA SATISFACTORIAMENTE

La inflación constante plantea el fenómeno permanente de enfocarse en la búsqueda de una solución aceptable al problema. Podemos expresarlo de varios modos:

a) Si la economía de hoy no es igual que ayer,  ni lo será en el futuro inmediato, requiere de un procesamiento mental que guíe al sujeto por el camino a transitar. Al mismo tiempo habrá que procesar esa situación obligada de sometimiento al contexto humillante para poder tramitar la sensación de sentirse saqueado: aquí es necesaria la osadía para resolver la violencia recibida y resolverla de un modo aceptable.

b) Cuando los recursos simbólicos son escasos y la autoestima está disminuida, la posibilidad de solución exitosa se resta.  Recordemos que contamos con el Yo de nuestra personalidad: la instancia psíquica cuya función es mediar entre el mundo externo, y las instancias del psiquismo que corresponden al mundo interior.   Ante la emergencia de circunstancia traumática constante, se debilita (o sucumbe).

Cuando sucumbe se puede observar  en muchos aspectos, relativos a los diferentes quiebres. La visibilidad directa hoy está presentada en aquellas personas que quedan en situación de calle, ante la pérdida absoluta de sus pertenencias: trabajo, hogar, familia. La calle, ese lugar geográfico del mundo externo se ha convertido en refugio; en vez del lugar del desamparo (se trastocó el significado, y expresa con toda su crudeza el drama sufrido por esa/s personas). Frente al ofrecimiento de ayuda de instituciones y/o personas generosas en pos de brindar una ayuda, la rechazan. Vuelven a ese lugar visible, tal vez para evidenciar que la dilución de los valores tradicionales relativos al trabajo, a la vida digna, a la asignación social los arrojaron al abandono, a la marginalidad.

TRAUMA PSIQUICO

Para finalizar agregaré algunas conceptualizaciones sobre trauma, que es causal de la/s herida/s narcisista/s.  Se denomina “trauma (6) al estado ocasionado por la acción de un estímulo intenso…que rompe la barrera de protección del psiquismo por la imposibilidad de cualificar ese estímulo; por lo tanto se produce un desequilibrio narcisista como reacción al mismo”.  Ese alto gasto de energía somete al Yo de la persona; lo esclaviza, convirtiéndolo en vulnerable.

Según el Diccionario de Laplanche y Pontalis (7) el trauma psíquico es “un acontecimiento de la vida del sujeto caracterizado por su intensidad, por la incapacidad del sujeto de responder adecuadamente junto con el trastorno…son efectos duraderos los que provoca en el organización psíquica”.

Conviene añadir aquí el desarrollo freudiano  acerca las SERIES COMPLEMENTARIAS (4) explicadas en las Lecciones Introductorias al psicoanálisis, donde explica la importancia de la interacción de los factores endógenos y exógenos. Los mismos son complementarios, pudiendo ser cada uno de ellos tanto más débil cuánto  más fuerte es el otro.  Frente al suceso desencadenante (en este caso la fluctuación del dinero, la pérdida del trabajo) se reacciona con lo que en la actualidad llamamos “herramientas”: la constitución hereditaria y las experiencias infantiles. En ellas incluimos el atravesamiento por las fases evolutivas y otros fenómenos más complejos. En ocasiones un trauma mínimo es causante de la enfermedad. En otras circunstancias, cuando el impacto es constante se constituye en el elemento causante de la enfermedad (léase la imposibilidad de resolución del conflicto). 

La elaboración (6) está sujeta a la historia del sujeto, a la relación con los objetos primarios (padres, hermanos, otros), reeditan las posiciones traumáticas ocurridas en el devenir y otorgan la posibilidad de repensarlas; de meditar acerca de uno mismo y el momento actual (no infantil).

Resulta de utilidad poner el foco en la importancia del problema, estar atento a la propia capacidad de resolución;  generar actos creativos; estar con otros; evitar el aislamiento.

Cabe recordar que, el predominio de los sentimientos adversos constituye el germen de la violencia. Cuando se le agrega la frustración y la ira, pueden descargarse en el mundo externo de diferentes modos.  O volverse contra la propia persona: en uno u otro caso, el daño está asegurado.

Cuando prevalece la angustia junto a la sensación de nulidad: es el momento de hacer una consulta psicológica. Solicitar ayuda en momentos tan difíciles puede ser la clave para  encontrar una salida saludable, tanto al problema del dinero como a otros inesperados (ocultos y mudos, pero solidarizados con el conflicto visible). De ese modo se puede recuperar la capacidad de trabajar, de resolver conflictos, de disfrutar de la vida.

 (a) Cesio. S. – Curso de Interdisciplina – PSICOLOGIA PARA ABOGADOS I – Clase II Punto III – «EL TEMA DEL DINERO – ¿PORQUE ES TAN DIFICIL COBRAR LOS HONORARIOS?» Dictado en la Fundación CIJUSO  https://www.cijuso.org.ar/  Desde  2008 hasta 2012  inclusive.

https://www.blogger.com/blog/post/edit/3357867844565873000/4302709186473353774

Notas

**Representaciones:

1- Definición de inscripción del diccionario de la Real Academia: “Escrito grabado en piedra, metal u otra materia duradera, para conservar la memoria de una persona, de una cosa o de un suceso importante” (entre otras acepciones). https://dle.rae.es/representaci%C3%B3n?m=form

2- Representaciones mentales: “Designa lo que orienta el curso de los pensamientos tanto inconscientes como preconscientes, e inconscientes…Hay representaciones privilegiadas, que ejercen una atracción sobre las otras…hay un elemento psíquico ligado a otro por una asociación desconcertante…y existe también una ligazón profunda entre ellos…que se halla disimulada por la censura…” Diccionario de Laplanche y Pontalis. Pg. 385. Ed Labor. Madrid 1976

*Lic. Sonia Cesio

BIBLIOGRAFÍA

1- Gutiérrez Andrade, Osvaldo; Zurita Moreno, Andrea – SOBRE LA INFLACIÓN – PERSPECTIVAS, vol. 9, núm. 3, 2006, pp. 81-115 – Universidad Católica Boliviana San Pablo – Cochabamba, Bolivia

2 – Realidad laboral en la Argentina – Trabajos para sobrevivir – Publicado en el Diario LA NACION – Economía – 3 de marzo 2023 –         https://www.lanacion.com.ar/economia/cambios-en-empleo-nid03032023/

3 – Diccionario de la Real Academia Española https://dle.rae.es/ahorrar?m=form

4 – Freud, S. “Tres Ensayos para una teoría sexual” 1905 –  “La iniciación al tratamiento” (1913) – “Tres ensayos para una teoría sexual” (1905) – “Introducción del narcisismo” (1914) “Lecciones Introductorias al psicoanálisis” 1916/17 –  “Más allá del Principio del Placer” 1920 – Obras completas – Ed Ballesteros

5- Valls, José L. «Diccionario Freudiano»  – EDICIONES DE AUTOR  (2008)

6 – Cesio, S. EL TRAUMA Y SU ELABORACIÓN – CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE EL TRABAJO Publicado en Enigmapsi.ar

7 – Laplanche, J.; Pontalis, J.B. – TRAUMA, TRAUMATISMO  Pg. 467 – ACTING OUT Pg. 6 – «Diccionario de Psicoanálisis» – Ed. Labor S. (1974)

7 – Laplanche, J.; Pontalis, J.B. – TRAUMA, TRAUMATISMO  Pg. 467 – ACTING OUT Pg. 6 – «Diccionario de Psicoanálisis» – Ed. Labor S. (1974)

Licenciada en Psicología en la Universidad John F. Kennedy. Editora responsable del portal de salud (ISSN: 1853-1849)

cesio.sonia@gmail.com  

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