Al hablar de encuadre nos referimos a las normas explicitadas del mismo relativas a la organización espacio-temporal de las sesiones; y a los honorarios que con variantes, cada analista enuncia a sus pacientes en el contrato.
El encuadre es un límite, un continente, un marco que alberga un contenido: el proceso analítico.
Por lo tanto es un no-proceso propuesto por el analista y recubierto por los pacientes con sus fantasías.
Si seguimos a Bleger decimos que en realidad hay dos encuadres: uno, el que propone y mantiene el terapeuta aceptado conscientemente por los pacientes; y otro, el del «mundo fantasma», que da lugar a un encuadre fantaseado, expresión de su estructura infantil.
En el dispositivo grupal es necesario tener en cuenta las características propias del campo especifico. La frecuencia de las sesiones es menor que en psicoanálisis individual por el efecto desestructurante de la convivencia grupal , producto de la intensa movilización de ansiedades. La peculiar organización del espacio en que se desarrollan las sesiones grupales permite el despliegue de un lenguaje de acción
(a través de lo gestual y de los movimientos) en el que puede leerse una determinada significación. Como dice Kaës «el propio dispositivo sólo puede encararse en términos de situación en la que se metaforizan, a través del recorte del tiempo y del espacio; y las conexiones que permite el sistema de las reglas, los lugares correlativos de los sujetos y de los objetos que los representan». Así es como «el dispositivo induce o convoca determinadas representaciones fantaseadas relativas a esos objetos y sus relaciones».
La disposición del ámbito multipersonal pone en juego las particularidades específicas del análisis grupal. El estar frente a frente intensifica la emergencia de imagos y fantasías originarias.
El terapeuta a su vez, modifica su escucha al recibir una pluralidad de incentivos, difíciles de procesar en forma simultánea. Esto lo obliga a permanecer con una atención seleccionadora de estímulos que posibilita un pensamiento reflexivo. Todos los participantes -incluido el analista- están expuestos a la mirada de los demás. Mirar y ser mirado; y por otra parte, no poder abarcar a todos con una sola mirada.
Este entrecruzamiento de miradas provoca, intensifica o alivia la angustia de cada paciente del grupo.
Estas consideraciones permiten afirmar que -siguiendo a Bernard- «un determinado encuadre va a producir determinados fenómenos; van a resonar determinados aspectos del inconciente del sujeto».
En el caso de los grupos terapéuticos se produce entre los pacientes una resonancia fantasmática que remite a las fantasfas originarias.
Otra peculiaridad está referida al funcionamiento de los grupos en las instituciones con encuadre de tiempo limitado.
La delimitación temporal dá una estructura más definida a la terapia en cuanto a principio, medio y fin.
Se introduce aquí un elemento de la realidad que coexiste con la fantasmática grupal. Por eso es necesario trabajar desde un comienzo con la problemática de la separación y la elaboración del duelo concomitante, para evitar el riesgo de que se desencadenen situaciones regresivas difíciles de manejar frente a la evidencia concreta de la finalización del contrato terapéutico.
En «La iniciación del tratamiento» Freud compara la cura psicoanalítica con el juego de ajedrez y dice que una vez que han pasado los primeros movimientos se trata de una experiencia individual y de casos particulares; del ajedrez sólo se puede enseñar las aperturas; sólo se pueden describir las primeras movidas.
Trabajando estos conceptos, Laplanche dice que «en análisis la introducción de las reglas va unida a la estructuración del campo como tal y a las primeras movidas; más aún, hasta se puede decir que el conjunto de la partida es una instauración …».
¿Qué pasa cuando el encuadre propuesto se altera ? Si recurrimos a Bleger, podemos recordar que el encuadre cuando se mantiene invariable, en condiciones ideales, parece inexistente; es mudo. Sólo se manifiesta cuando se rompe o amenaza romperse. «Lo que siempre está no se percibe sino cuando falta».
En la situación grupal ¿Qué efectos puede producir una variación o ruptura del encuadre?
Desde la clínica se observa una respuesta intensa. El complejo entramado grupal se mueve, habla por la fractura producida, por la falta de apoyo imaginario, por la pérdida del holding, del continente.
Estos fenómenos pueden observarse no sólo en situaciones de cambios de encuadre, sino también cuando hay una irrupción de la realidad externa que produce una crisis en el interior del grupo. ¿Qué pasa entonces con la problemática del adentro-afuera ?
Como primera aproximación podemos considerar que se produce una intensa regresión. Lo individualizante, la fantasías secundarias quedan postergadas y emergen las fantasías originarias que funcionaban como fondo.
Intentaremos dar cuenta de algunos de estos fenómenos a partir de la observación y el análisis de las vicisitudes de un grupo terapéutico en un ámbito institucional.
Es un grupo de adultos que comienza su tratamiento a mediados del mes de noviembre. Se estipula la frecuencia de una reunión semanal (los días lunes) y un contrato de un año y medio de duración.
En la primera sesión, después de enunciado el encuadre se da una determinada estructuración. Se observa un monopolizador que comienza hiperdiscriminándose, pero que luego organiza la reunión permitiendo una resonancia a la que se adhieren algunos integrantes mientras que otros ofrecen una cierta resistencia.
Se advierte cierta flexibilidad, sucesión de monopolios y la circulación de fantasías que dan cuenta de esta organización. Junto con esto aparece la manifestación de vivencias temidas en relación a los vínculos internos asociados a pérdidas, desconciertos y poca continencia.
Transcribimos a continuación unas viñetas de esa primera sesión:
Miguel: mi familia se une únicamente en las malas, en lo bueno nunca.
Diana : en la mia es igual, pero al menos en las malas estamos juntos.
Hebe : ¿y cuál fue la motivación del chico ?
Miguel : la búsqueda de un pariente.
Pedro : de un abuelo.
Miguel : mi papá tiene características jorobadas, por ejemplo una vez cuando mi nena era bebita él la tenía en brazos y nos dice: «¿No pensaron si la pierden ?»… ¿Por qué hizo eso ?
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Miguel: yo tengo un hermano gemelo, ellos (los familiares) todos son muy católicos; yo renuncié a todo ésto. Soy ateo, lo que se ve muy mal en la familia.
Lidia : yo tengo un hermano que viven en EEUU desde hace veinte años, me hubiera gustado tener más hermanos y hermanas.
Miguel : con mi hermano tengo una relación distante; con mi hermana estoy peleado.
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Pedro : parece que el lío con los hermanos es una problemática de los varones con un padre autoritario.
Hebe : yo tengo un papá atípico nada autoritario, y mis dramas son por haber tenido ese padre, no por autoritario. El es bastante delirante, pinta, se aisla, dice que hay platos voladores que lo van a venir a buscar, es jodido relacionarse con él buscando parámetros normales.
Lidia : con mi viejo yo tampoco tenía comunicación, en casa mi padre se aferró a mi hermano y mi mamá a mi.
Pedro : yo me paso cuadras caminando, charlando con mis hermanos, pero en mi cabeza. Lo que me molesta es no poder marcar los límites.
Variaciones en el encuadre
La institución anuncia su mudanza a una nueva sede en el transcurso de diciembre (a un mes de iniciado el grupo); la misma se realizará a mediados de enero.
Tanto la séptima como la octava sesión (a los dos meses de tratamiento) coinciden con los feriados de fin de año; asi que el equipo terapéutico decidió reponerlas en otros días y horarios. Además la que hubiese sido la última sesión previa a las vacaciones, se adelanta por la mudanza.
Debido a todos estos cambios, se trabaja con dos sesiones en la misma semana.
Otra variable que se dio fue que, al retornar de las vacaciones, ya en la nueva sede, por falta de acondicionamiento del consultorio definitivo se atiende durante tres sesiones en otro consultorio.
Consecuencias
Intentaremos mostrar el impacto que produjeron las variaciones enunciadas en un momento posterior del trabajo grupal.
Tomaremos como ejemplo una sesión que transcurre a los seis meses de iniciado el tratamiento. Alli se observa la fragilidad vincular y el aumento de la situación regresiva como algo defensivo. Se recurre al afuera como reaseguro de lo imaginario. Además hay un lenguaje de acción que intenta dar cuenta de estos fenómenos, evidenciado en las ausencias de distintos miembros y el abandono de uno de ellos que ocurrió posteriormente a la mencionada mudanza. Con este integrante hubo previamente un episodio llamativo ocurrido fuera del contexto analítico. Finalizada la última sesión de enero, y hallándose la institución en vísperas del traslado, dicha persona tomó una maceta con plantitas para llevársela a su casa. Pide autorización a la secretaria quien la remite a una de las terapeutas. Esta le contesta que es conveniente dejarla y tratar de entender posteriormente el significado de esa actitud.
Con su interrupción, naturalmente esta situación no fue retomada en el contexto analítico posterior a las vacaciones; no hubo posibilidad de analizar una probable angustia de desintegración del integrante (que actuó como portavoz) y del grupo, ante la eventualidad del cambio. En la evolución del trabajo terapéutico observamos asimismo una lentificación del proceso de simbolización.
Procuraremos ejemplificar con párrafos de la sesión antedicha.
Lidia: el lunes pasado no pude venir porque tuve que poner una reunión en ese espacio y en ese tiempo, no tuve otra alternativa. Yo aclaré lo mio, que él (a Miguel) también lo haga. Antes de que Uds. llegaran bromeaban acerca de que los dos faltamos el mismo día y ya van dos veces que pasa lo mismo.
Miguel : yo no vine por falta de voluntad (lo expresa de tal modo que no se sabe si no pudo o no quiso).
Marcela : vi que en junio hay dos feriados que caen lunes y pensé que ojalá no se repongan.
Diana : yo no tenía ganas de venir, me dolia la cabeza ¡Tanto costará remover las cosas! porque por otro lado estoy mejor, puedo hablar más. Venir finalmente vengo, pero acá me cuesta hablar. A veces pienso qué se sentirá si uno pega el faltazo.
Marcela : yo no falto nunca, salvo que esté enferma. En el otro grupo que hice tampoco faltaba y eso que era a las 8 y 30; era bueno para la terapia porque las defensas estaban menos armadas, pero malo porque había que levantarse temprano.
Lidia : ayer en Clarín leí un artículo sobre Control Mental ¿vos lo leiste ? (a Hebe ) .
Hebe : no, no lo leí pero lo que vi fue la guía VIP y ahí figuraba como vicedirectora otra que no eras vos y me dije ‘a ésta no la conozco’.
– Le preguntan qué es la guía VIP y contesta que es una guía donde figuran todas las autoridades de todos los organismos oficiales y privados –
Lidia : el artículo sobre Control Mental me pareció interesante y pensé que me gustaría incluir algo de eso en esta terapia. También quise hacerlo en la otra terapia que realicé después que murió mi mamá, pero
la terapeuta me dijo que no era conveniente por el duelo reciente.
Marcela : estás en mi onda, la sesión pasada yo trataba el artículo anterior a ese de neurolingüística, que decía que en una sola sesión te curabas. Pienso que es una chantada.
Lidia : lo leí la semana pasada, conozco algunas personas que aparecen en el artículo y sé que son gente seria…
En esa misma sesión pensamos que un efecto de lo sucedido con el encuadre hace que la circulación fantasmática se reduzca, y si bien aparentemente hay un tema convocante: peleas en las parejas, relación hombre-mujer, cada uno lo hace desde su perspectiva siendo escaso el intento de intercambio y elaboración.
Marcela: yo siempre digo que no me casaría con un médico porque nunca tienen horario pero con tu mujer no pasa esto.
Hebe : me encantaría casarme con un médico y un farmacéutico juntos.
Miguel : a mi mujer no la aguanto más, la queja es de hace siete años. Ahora ni como en casa para que no me reproche que me da comida cuando yo no trabajo.
Hebe : no te lo creo.
Miguel : soy masoquista.
Pedro : las mujeres no deben meterse en algunos temas, por ejemplo el trabajo y el auto.
Hebe : a veces las mujeres somos hinchapelotas porque necesitamos controlar a aquellos en que no confiamos.
Miguel : siempre me interpreta todo. Los otros días tuve un sueño que era que ella tenia una birome con un dibujo búlgaro precioso. En la realidad yo necesitaba una birome y me compré una birome de oro. Yo le había contado el sueño y cuando le mostré la birome me dijo que ella no tenia el pito…..
Podemos aproximarnos a estas apreciaciones teórico-clínicas después de haber hecho una lectura del material, que nos permitió una resignificación del mismo, al integrar en una visión más completa de los distintos avatares sufridos por el marco analítico de este grupo terapéutico.
Como dice Bleger «el encuadre, como el amor y el niño sólo se saben que existen cuando lloran».
Nosotros agregamos que el amor y el niño, así como el encuadre también muestran su existencia cuando permanecen mudos al permitir un natural proceso de desarrollo y enriquecimiento.
Por eso, si el encuadre está juguemos en el bosque…
(*) Trabajo presentado en las 3as. Jornadas Anuales del Departamento de Grupos. Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo. Agosto de 1991. www.aappg.org.ar/
Autores: Lic. Ana María Blasco – Lic. Sonia Cesio – Lic. Alicia Baron de Dayan – Dr. Jaime Ianowski – Lic. Ana Kurzban – Lic. Clara Mohadeb – Miembros Adherentes de la A.A.P.P.G. Integrantes del Equipo de Asistencia del Departamento de Grupos.
Bibliografía
- D. Anzieu, A. Béjarano, R. Kaës, A. Hissenard y J-B. Pontalis : El trabajo psicoanalítico en los grupos. Siglo XXI.
- M Bernard y Gómez Chaves: El Grupo y sus configuraciones – Lugar Editorial.
- M. Bernard – Grupo interno, transferencia vertical y horizontal – Aspectos primarios de los grupos terapéuticos – Fartasía inconsciente e intersubjetividad – Fichas de AAPPG.
- José Bleger : Simbiosis y Ambigüedad – Paidós.
- A.M. del Cueto y A.M. Fernández El dispositivo grupal en «lo grupal» – Búsqueda.
- S Freud – La iniciación de tratamiento (1913) – Obras Completas – Amorrortu
- J. Laplanche : La cubeta. Trascendencia de la transferencia. Problemáticas – V – Amorrortu.
- A. Perrotta : Elasticidad del encuadre: ideas para formular su teoría . En Revista de Psicoanálisis , tomo XXX N0 1, 1973.
- R. Zak de Goldstein : La función clave del encuadre en la técnica psicoanalítica: continente natural para el vínculo mágico primario – En Revista de Psicoanálisis tomo XXX No 1 – 1973.