Comparto con ustedes el gráfico proporcionado por el Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina (RNFJA), difundido esta semana por la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (OM-CSJN). Las tasas fueron calculadas utilizando las proyecciones de población de mujeres del INDEC para el año 2023. *
Estos datos constituyen un llamado de atención para los profesionales que atendemos a las necesidades del ser humano, tanto legales como relativas a la salud mental. Debemos estar atentos: investigar, estudiar y brindar ayuda efectiva ante tanto ataque y daño a otro ser humano. Tengamos en cuenta que hay muchas personas que consolidan vínculos vivenciados como amorosos, que a posteriori han llevado a la muerte de la mujer y a la orfandad de los hijos. Resulta imperioso que nos hagamos un planteo acerca de la salud mental de la sociedad en que vivimos. Esa, que cursa por fuera del hogar de las víctimas que muestran señales de daño, sufrimiento, sometimiento. Pero en la mayoría de los casos se lo toma naturalmente y ante la presencia de conflicto se lo considera algo privado, en lo que no conviene inmiscuirse. Es una conducta inapropiada: el respeto por el otro pasa por otros carriles.
Conviene volver a pensar en términos conocidos por todos, pero no por eso menos valioso incluirlos en este momento: es la significación de los vínculos.
VÍNCULO deriva del latín «vinculum», de «vincere» (1) y significa unión o atadura de una persona con otra. Se refiere a atar duraderamente.
Los datos que compartimos nos confirman que se establecen uniones duraderas con perspectivas amorosas y de crecimiento personal y familiar, que llevan a la muerte. Sin la posibilidad conciente del integrante más vulnerable, de percatarse que se trata de un peligro incipiente.
Se abren muchas preguntas: ¿Qué fenómeno mental estimula la unión de dos personas? ¿Porqué una de ellas elige a una determinada y no a otra? Porqué esa elegida suscita el amor más profundo con absoluta inexistencia de duda, acerca del trato cariñoso entre ambos?
La vida privada del ser humano transcurre en el lugar donde se refugia, descansa, recibe el abrazo de los suyos; se recompensa del esfuerzo cotidiano (debería ser “el nido”).
En las ocasiones de las que trata esta publicación, se trata de un espacio siniestro, donde el amor se trastoca en maltrato, golpes, y daño de la integridad (con un alto porcentaje con la pérdida de la vida).
Vale compartir aquí las consideraciones de Freud acerca de LO SINIESTRO (2) (Lo Ominoso) donde el fenómeno de lo terrorífico, dañino tiene un componente familiar; ya vivido en otro tiempo, por lo tanto no se lo reconoce como peligroso. Freud emplea dos términos:
- Heimlich que tiene la connotación de familiar, íntimo, amable; y
- Unheimlich cuyo significado comprende a lo contrario: lo secreto, lo oculto; lo que se supone que ha quedado atrás en el transcurso de la vida.
La conjunción ambigua de ambos términos significa que aquello que debería estar oculto, secreto, muestra la otra cara de lo familiar; volviendo las vivencias amables, tiernas en siniestras, inquietantes, sobrecogedoras. Esa familiaridad incapacita al sujeto (en este caso a la mujer) de percibir el rasgo de personalidad de su amado que contiene enraizado en sus gestos amorosos; una agresión escondida, una violencia que cada vez se hace más visible. Y deja a la víctima y a su entorno inmediato (hijos) en un estado de perplejidad y aislamiento; cada vez más imposibilitados de defenderse.
Según los datos proporcionados por esta estadística, la cifra aumentó un 10,6 % que año anterior. Constituye la cifra oficial del estado argentino en la materia.
Han quedado sin madre 205 niñas, niños y adolescentes a cargo; sumadas a las hijas e hijos de 18 a 20 años.
Afortunadamente existe la Ley 27.452 (del Régimen de Reparación Económica para las Niñas, Niños y Adolescentes, hijas/os de víctimas de femicidio -RENNyA-).
Agrego otra cifra para considerar: al menos el 88% de los casos, la víctima directa de femicidio tenía algún vínculo con el sujeto activo: 64% eran parejas, exparejas o tenían otro tipo de relación sexo-afectiva; 12% eran familiares, y también 12% tenían otro tipo de vínculo (amigos, compañeros de trabajo, vecinos, conocidos, etc).
El observable es que las víctimas han establecido un vínculo amoroso, familiar con hijos/as incluídos. Si bien las circunstancias de cada una de ellas es singular, el alto número de víctimas es alarmante.
*Publicación original
Bibliografía
- Berenstein, I – «Psicoanalizar una familia» – (1990) – Ed Paidos – Bs As
- Freud, S – Lo siniestro – (1919) T X Amorrortu Editores.